Con la corrupción menguando, Buenafuente se presenta como candidato a corrupto para salvar nuestra más preciada seña de identidad. Menos mal que aún queda gente entregada, a las duras y las maduras, en la riqueza y en la pobreza, en la burbuja inmobiliaria y en el parón de la crisis. ¡Por Buenafuente!